Mario Aguilar, Decano de la Facultad de Recursos Naturales Renovables de la Universidad Arturo Prat, explica la importancia del proyecto LabAncestral.
El proyecto LabAncestral, impulsado por la Universidad Arturo Prat (UNAP), representa un esfuerzo crucial para recuperar y poner en valor las técnicas de agrocultivo ancestrales de la región de Tarapacá. Mario Aguilar, Decano de la Facultad de Recursos Naturales Renovables de la Universidad Arturo Prat, destaca la relevancia de esta iniciativa no solo para la universidad, sino también para las comunidades locales, la juventud y el futuro de la agricultura en la zona.
En una entrevista reciente, Aguilar subraya la importancia de vincular el conocimiento con el territorio: “Este proyecto es muy relevante para la universidad, ya que nos permite recuperar y rescatar todas aquellas técnicas ancestrales, técnicas de agrocultivo que permiten ponerle valor agregado a estas prácticas y guardarlas para hacerlas más relevantes en los tiempos actuales”. Para Aguilar, no se trata únicamente de recordar el pasado, sino de modernizar y aplicar nuevas tecnologías a estas técnicas, logrando así mejores resultados en la producción agrícola y, al mismo tiempo, mantener viva la tradición cultural de la región.
El objetivo de LabAncestral es integrar a las nuevas generaciones en el uso de estos conocimientos, evitar la migración de jóvenes a las ciudades y fomentar el desarrollo rural sostenible. Aguilar enfatiza que “es importante que la juventud en los centros agrícolas de la Pampa del Tamarugal y otras áreas rurales siga apreciando el valor cultural y patrimonial de estas técnicas, para que las tradiciones no se pierdan en el tiempo”. LabAncestral no solo busca preservar prácticas agrícolas, sino que también aspira a revalorizar la historia viva de la región.
El proyecto, financiado por la ANID, es para el decano un primer paso en una serie de iniciativas para promover la sustentabilidad en los sistemas agroalimentarios. Aguilar hace hincapié en la dualidad entre "conocimiento y territorio", que es el "leitmotiv" de la UNAP, y destaca que la universidad debe seguir trabajando estrechamente con las comunidades locales. "Este desierto, que tiene tantas particularidades y singularidades, debe ser más reconocido de lo que es hasta ahora, y con ello avanzar hacia un sistema de sostenibilidad que sea amigable con las personas y con el medio ambiente”, afirma.
Aguilar también señala que muchas de las tecnologías ancestrales eran, en su esencia, más respetuosas con el entorno. “Queramos o no, aquellas tecnologías eran mucho más amigables y convivían con el territorio de una manera que nosotros, con nuestros avances industriales, no siempre hemos logrado”. LabAncestral, en este sentido, busca aplicar esas prácticas, aprovechando las nuevas tecnologías para producir de manera eficiente sin comprometer el medio ambiente.
Para la Facultad de Recursos Naturales Renovables, este proyecto es una oportunidad única de reafirmar su compromiso con la gestión responsable de los recursos del territorio. “Nosotros nos hemos declarado a todas luces como una universidad cuyo quehacer está intrínsecamente ligado a la simbiosis entre conocimiento y territorio”, agrega Aguilar. Con proyectos como LabAncestral, la UNAP se posiciona como un motor de desarrollo, capaz de ofrecer soluciones a las preguntas que surgen desde el territorio y contribuyendo al bienestar de las generaciones futuras.
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